Descubre Siena: Il Palio

Siena, una de las ciudades más notables de Italia, mantiene su rivalidad con su histórica adversaria Florencia hasta hoy mismo. Su centro medieval está plagado de edificios majestuosos como el Palazzo Comunale, en Piazza del Campo, su plaza más importante, y la catedral, con su espléndida decoración. Se puede pasar el día sencillamente paseando por sus calles del centro histórico, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. 

Según la leyenda, Siena fue fundada por Senio, hijo de Remo, por lo que el símbolo de la loba amamantando a los gemelos Rómulo y Remo está tan omnipresente en Siena como en Roma. Fue la primera ciudad que prohibió el tráfico rodado en su centro (en 1966) lo que hace mucho más apacible pasear por su casco histórico sin temor a sobresaltos.

Il Palio

Este espectacular acontecimiento, que se remonta a la Edad Media, se celebra en honor a la Virgen María dos veces al año, el 2 de julio y el 16 de agosto. Pueden verse vistosas cabalgatas, se celebra una carrera de caballos alrededor de Piazza del Campo y hay festejos en las calles.

Il Palio es uno de los escasos espectáculos medievales importantes de su clase que hay en Italia, que ha sobrevivido gracias a la firme tenacidad del tradicionalismo sienés. Diez de los diecisiete barrios, o contrade, sieneses compiten por el codiciado palio, un estandarte de seda. Cada uno tiene sus propias tradiciones, símbolos y colores, y su propia iglesia y museo del palio. A lo largo de las calles se pueden ver las diferentes banderas y placas que engalanan los barrios, cada uno con un nombre y símbolo relacionado con un animal. 
Los días de la fiesta la Piazza del Campo se convierte en un hipódromo. 

Desde las 17.00 aproximadamente, representantes de cada contrada desfilan con sus estandartes en ropa de época.

La carrera se corre a las 19.45 en julio y a las 19.00 en agosto. Durante más o menos un minuto, los diez caballos y sus jinetes dan tres vueltas alrededor de Piazza del Campo. Aunque un caballo pierda a su jinete puede ganar y, como muchos jinetes se caen cada año, al final son los caballos los protagonistas del evento. Solo hay una regla: los jinetes no deben tocar las riendas de los caballos rivales.

Para conseguir un buen sitio hay que reservar habitación con mucha antelación y unirse a la multitud en el centro de Piazza del Campo al menos cuatro horas antes de que empiece la carrera. Las calles que rodean la plaza se cierran bastante antes de que empiece la competición, a excepción de Via Giovanni Dupré, que permanece abierta hasta el pistoletazo de salida. Si no se puede encontrar un buen sitio para verla, no hay que desesperarse: la carrera se televisa en directo.

Unos días antes, jinetes y caballos practican en Piazza del Campo: es casi tan emocionante como la carrera real.

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